Conociendo a María Alejandra

Hace un par de meses, vi en un programa de televisión la historia de una niña que padece una enfermedad muy extraña, “piel de mariposa “, fue tanta mi tristeza al escuchar como narraba sus días de dolor que entristeció mi corazón, pero a la vez era tan emocionante escuchar sus ganas de salir adelante,  que decidí colaborarle a sus padres, así que los busqué para conocerla en persona y brindarle mi amistad.

En la búsqueda tardé más de una semana, pero al fin lo logré, me contacté con la señora Jacqueline Giraldo, madre de María Alejandra Peña, la niña que había visto en televisión, ahí empezó nuestra travesía para conocernos y para llevarle a Maleja, como le digo de cariño, unas ayudas que conseguiría con el apoyo de familiares, amigos y conocidos.


 

Se llegó el tan anhelado día de ir a la casa de la hermosa niña que quería conocer, todo empezó a las 11:00 de la mañana, recolectando las ultimas vaselinas que llegaron a mi casa, las empacamos en una caja que habíamos decorado para ella, emprendimos camino para ir al otro lado de la ciudad donde vive Maleja, llegamos 3 horas después, el tráfico de la ciudad no nos ayudó mucho pero logramos nuestro objetivo, estábamos frente a la casa de aquella niña que tanto quería conocer, las piernas me temblaban, la voz se me entrecortaba pero saqué fuerzas de donde no tenía y llamé a la señora Jacqueline para que nos abriera la puerta, ella tan amable nos recibió a mi esposo y a mi con una frase que jamás olvidaré: “ gracias por venir”, estas palabras quedarán en mi mente para siempre.

 

Al ver el sillón de color rojo que se iluminaba con la presencia de aquella niña tan hermosa, mi corazón se aceleró, sentía ganas de abrazarla, alzarla y sobre todo de hablar con ella, pero no era posible pues su cuerpo es como una mariposa, tan débil y delicado que debía tener mucho cuidado de no lastimarla, mis ojos se inundaron pero algo dentro de mi decía “ debes ser fuerte”, saqué mi mejor sonrisa para expresarle que me encantaba estar ahí con ella.

Me saludó muy contenta, y esa fue mi mayor felicidad, le entregamos las vaselinas y sus padres agradecieron este gesto tan bonito que habíamos hecho gracias a todas las personas que nos ayudaron para que esto se hiciera realidad, pero mi curiosidad de saber mas acerca de ella hizo que le empezara a preguntar cosas, les comparto algunas de ellas.

 

¿Cuál es tu sueño?

Mi sueño se cumplió hace rato cuando conocí a Maluma en un centro comercial, pero él no me prestó atención, solo lo vi y ya, pues él estaba muy ocupado, quisiera verlo de nuevo, pero con más tiempo.

¿Qué te hace feliz?

Poder contar con el apoyo de mis padres y de mi familia.

¿Que quieres hacer en los   próximos días?

Quiero ayudar a mis padres a montar una página web para dar a conocer los diseños de zapatos que fabrica mi papá y que se puedan vender a más personas.


Al escucharla hablar, me hizo pensar que nosotros nos quejamos por cosas tan insignificantes, que dejamos a un lado todo aquello que verdaderamente es importante, los niños que padecen esta enfermedad todos los días están luchando por un dolor que no tiene cura, pero ellos son tan valientes que no miran el dolor sino por el contrario solo piensan en cada día estar más felices y poder contar su historia para que muchas personas conozcan esta enfermedad tan rara que ni siquiera en el embarazo pueden detectarla.

 

El tiempo se pasó aquella tarde que oscureció rápidamente y era hora de volver a casa, con un “espero volverte a ver pronto”, nos despedimos, sus padres y familiares que estaban en casa nos brindaron sus buenos deseos y todo quedó listo para una próxima visita.

Al subirme al auto, mis lagrimas no pudieron esperar, sentía tanta felicidad por haberla conocido, por compartir unos momentos a su lado y sobre todo porque ella me enseñó que debemos seguir adelante sin importan ningún obstáculo que se nos presente, que estamos hechos para ayudar a quien lo necesite porque las cosas materiales no las podemos llevar al cielo, pero lo que sí nos llevamos son todos aquellos momentos que vivimos.